miércoles, 14 de enero de 2009

pequeño sueño azul



Tocando las nubes, volando a las estrellas, solo soñaba azul.
Que el miedo se iría con la ira, que la culpa desaparecería con la mentira, soñando azul.

Soñando mi pequeña casa en el campo, mi gran nogal, soñaba mi vida azul, mis animales de granja, mi huerta junto al jardín, dormía soñando azul, caían hojas de maple sobre mi piel.

Soñando amores de fantasía, cuentos de verdad, a mi amor que llegaría, solo tenía que esperar, solo tenía que seguir soñando azul.

Bajo la lluvia, puestas de sol, con buenos vinos, con muchos libros, pequeña huerta junto al jardín.

Caminando al alba, en medio del bosque, entre la niebla, tomé tu mano, soñaba azul.

Que la maldad se esfumaría y la cobardía se iría de aquí, pequeña huerta junto al jardín, pequeña casa junto al nogal, pequeñas huellas color carmín, bajo las ramas, entre la niebla, soñaba azul.

Pequeños pasos... junto al jardín, pequeño niño soñando azul.
Pequeña casa lejos de aquí, pequeño niño que vive en mí.

jueves, 8 de enero de 2009

Soñando con tu aroma

Hace un rato me ocurrió algo curioso, mientras me recostaba entre las sabanas de mi cama empecé a quedarme dormido, sabía que no debía dormir porque aun quedaban cosas por hacer, pero el sueño se torno ineludible, de pronto sentí algo en el ambiente, un aroma familiar, conocido, muy agradable, me pareció sentirte, como si estuvieras a un lado.

Pensé que estaba despierto con los ojos cerrados, pero no podía moverme; solo podía oler, fue un sueño sin colores, sin visiones, sin ruidos, sin tu imagen ni tu voz, simplemente tú aroma en colores verde y negro.

Fuero dos o tres minutos que se prolongaban… interminables y a mí me daba miedo, no terror ni fobia, solo miedo, trataba de escapar de los efectos de tu olor, porque es a mi nariz como la carne al hombre, irresistible, envolvente, te transforma, te torna irracional, espontaneo, estúpido, inexacto, torpe, sin saber que decir que hacer o como manejar la situación, te desarma, te vuelve vulnerable, te derrite, te domina, te enloquece… te asusta.

Y cuando al fin me desperté tenía una sensación agradable, curiosa, no había percibido tu aroma en mucho tiempo y pareciera que se hubiese quedado guardado en mi interior, como si hubiese estado almacenado en un frasquito de colección en lo más profundo de mí y se hubiese roto accidentalmente mientras dormía.