
Esta tarde la habitación se torno azul y aunque siempre lo había sido, nunca había resplandecido de aquel modo, con esa delicada intensidad, que atraviesa tus poros y entra en tu piel poco a poco hasta cruzar tus venas, se mete en tu sangre, y como torrente de adrenalina de un solo golpe empieza a circular en ti y te llena de tal modo que por fin… eres tú.
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Llega ese momento que has esperado tu vida entera, tomar sus manos, sentir su aliento, sentirle respirar de ti, y entonces te das cuenta, que siempre tienes algo que perder. Que para un sembrador como yo, un simple campesino que cultiva sueños, los ve crecer y luego colecta los frutos de aquellos sueños que se convirtieron en realidad, también a veces llega el tiempo, en que hay que tomar en tus manos esos sueños que murieron, aquellos que no florecieron, los que se secaron sin dejar semillas, aquellos que se han convertido en polvo.
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Y ¡si! aún hay mucho por lo que sufrir, mucho por qué ser feliz mucho por lo que agradecer. Y todavía veo tus ojos y tiemblo, y todavía escucho tu voz y me eriza la piel, todavía te pienso y me retuercen las entrañas, y todavía quiero ser tu soñador, tu campesino, y todavía quiero sembrar sueños en ti, y todavía anhelo que tomes mi mano para nunca dejarla ir, todavía espero que me pidas quedarme a tu lado.
Siendo todo lo que tengo para ti esta semillita que he guardado por años, que viajó por el mar, que naufragó entre tormentas de arena y sal y que llegó a muchos puertos, y aun así sigue palpitando, es eso todo lo que me queda hoy para ti, esta semilla llena de amor, de ilusión y de esperanza.
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Es esta realmente la ultima semilla, la ultima que queda y es la que hoy pongo en tus manos, para que hagas con ella lo que a ti te haga sentir feliz, para que la guardes en el olvido de tu memoria, esperando y esperando pero sin ganas de que pase algo, puede servir también para que la tires en el árido desierto de la incertidumbre, o para que la guardes en un frasquito y la pongas en la vitrina de tus recuerdos.
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Ahora bien si quieres darle un final un poco más alentador a esta pequeña semilla puede servir para que la siembres y la cuides conmigo, hasta que crezca y de fruto y los sueños cultivados se conviertan en realidad, puede servir para que con ella redescubras la magia que has permitido que se escurra entre tus dedos, para que así con el amor y la esperanza recuperes lo que quieres en tu vida y ya no tienes, para que con ella te encuentres realmente a ti y con un poco del destino a tu favor encuentres no solo la felicidad y la compañía en soledad , sino además al amor de tu vida.
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Y sea cual sea tu decisión, no debes temer ni estar triste pues ambos estaremos bien, porque al fin el uso que le des a la semilla, será para bien de los dos, es por eso que aunque siempre tenemos algo que perder, a veces es bueno perderlo, para ganar algo nuevo más adelante, algo aun mejor, aunque sea de cierto modo incierto, pues nadie le enseña a vivir a la vida y nadie aprende realmente a vivirla, solo somos y estamos mientras dura, y lo demás, son momentos, son recuerdos, son semillas llenas de emociones, son gotas de lluvia en la habitación azul.