domingo, 26 de octubre de 2008

De camnios y vuelos cuenta mi alma.

Quizás sea eso, quizás tener estas alas tiene su precio, tal vez será que ya me canse de volar.


¡Alas para que las quiero! ¿A volar se ha dicho? ¿Y a donde mi señor? Diga el lugar, márquelo en el mapa, pida un deseo, tire su moneda y emprendamos el vuelo. Una vez más… una vez más. Qué de eso se trata ¿No?


Llego el momento pequeñas y poderosas alas, llego el momento mi niño, mi alma, mi mismo.


Te topaste de frente, te estrellaste con tus sueños y descubriste que no eran más que estrellas que dejaron de existir hace millones de años y seguían reflejadas brillando en el firmamento, iluminando como fantasmas un camino hacia ningún destino en especial y tú volando y volando sin querer aterrizar y nadie puede entender.


-¿Por qué seguimos volando?

-Para encontrar un lugar donde aterrizar y echar raíces.

-¿Y tu eres de los que echan raíces?


Ya no agito mis alas, ya solo la corriente me llevan al destino inevitablemente del vuelvo con curso fijo que no puede ser cambiado, o más bien que no debe ser cambiado, pues así es mejor. Y mientras, pienso lo que piensa un hombre cuyo paracaídas no se abrió y cae. Solo esperando que algún milagro ocurra, porque no puede hacer nada más que esperar, así que espero.


Sabes, mientras volaba me encontré mas aves volando, vi la tierra y a los demás hombres, y vi la gran mascarada que llaman sociedad, la gran corrupción que llaman sistema, los grandes clichés y sin sabores que llaman VIDA, las falsas postales y las mentiras más gordas que hacen decir que son verdades, las retorcidas mañas que describen como "VALORES".


Quise conocer más, quise descubrir debajo de aquellas máscaras, y no solo encontré hombres sin rostro, encontré monstruos sin hombres, sin humanidad, encontré mediocridad y cobardía, encontré falsedades y engaños, descubrí lo mas negro y miserable, pero también descubrí la inocencia y la bondad, el amor y la esperanza, descubrí rostros reales, descubrí caras alegres y tristes, descubrí el hambre, la soledad, la lujuria y el vació.


Y surgió un deseo ligero que crece aceleradamente, un deseo de acomodar la balanza.


Y tú ,me sabes joven y lleno de vida, y me sabes fuerte y con ganas de cambiar el mundo, incorruptible. Y preguntas que me pasa.


Y me ves y no das cuenta entera de lo que soy, cuanto me acerco tanto te alejas y me es más difícil escucharte, decidir y seguir volando. ¿Es que acaso necesitamos saber qué hacer y a donde ir?


Y el amor pesándome en las entrañas, pudriéndose por no poder salir, tritura la carne y confunde el pensamiento, y el deseo responde y trastorna.


-¿Y a dónde vas esta vez?

- No sé y esta vez no sé si debo saberlo.


A veces volar no es la forma de llegar a un destino incierto, a veces es mejor caminar con los ojos cerrados y los oídos bien abiertos, en un lugar distinto, donde no conozcas la senda ni la adversidad del camino, a veces el destino incierto es uno mismo,y el camino no esta trazado, entones solo queda escuchar una voz… la propia.