lunes, 4 de junio de 2007

cassettes

Hace unos días buscaba mis viejos cassettes y hoy finalmente los encontré, y encontré también unos más viejos que no eran míos, debieron pertenecer a alguno de mis tíos o a mis padres quizás, y mientras los escuchaba, reconocí muchas canciones, que ahora escuchamos en otras voces, y que habíamos escuchado antes con varios intérpretes, pero siguen siendo las mismas letras, el mismo mensaje, el mismo verdadero sentimiento y así me di cuenta de algo que me inquieto, las mejores canciones que he escuchado, se escribieron cuando era niño, o peor aún, cuando yo aun no nacía, y eso me hizo preguntarme ¿a dónde se ha ido la buena música? O es acaso que nací desfasado en el tiempo, en una época donde las canciones que son joyas ya se convirtieron en reliquias, y no parece haber intención de producir más, no lo sé, quizá no se apreciar la música de estos días, pero no hay para mi mejor trova que la que se escribió cuando aun no la conocía, eran letras verdaderamente fascinantes, que hablaban de amor de verdad, de la magia de hacer el amor, de lo sublime que es una relación independientemente de su fin, de amoríos que eran llenos de pasión intensa, que te describen brevemente un hecho, pero con las palabras suficientes para que sientas que estás viviendo la historia, esas letras que son tan preciosas que dejan a uno sorprendido, ¿Qué habrá pasado con aquellos compositores? Pero más inquietante aun, que habrá pasado con aquellos sentimientos de los que tanto se hablaba, aquellos tan inmensos, tan fuertes, aquellos que son tan preciosos que nos hacen gritar al cielo que los vivimos inmensamente, con todo y sus consecuencias, ¿realmente quien se ha ido? El compositor o el sentimiento y la inspiración.
Uno lee historias de amores antiguos, donde las parejas no discutían tanto, donde su amor trascendía en el tiempo, y sus relaciones eran de toda una vida, donde el amor se convertía en una enorme admiración, y no dejaba de crecer, y ahora nos hemos acostumbrado a oír de historias amorosas que fracasan, por falta de paciencia, de comunicación, de amor! … donde existen cosas más importantes que estar vivo en plenitud, vivimos en un mundo donde el sexo sin ataduras, y las relaciones casuales son más fáciles, y menos dolorosas a corto plazo, pero a la larga, acaban lastimándonos mas, como el cáncer, que no notamos su presencia hasta que ya nos ha consumido.
Realmente ¿que nos está pasando?, pasamos nuestra vida buscando algo, porque así no lo ha marcado la sociedad, o nuestro subconsciente; que realmente no nos damos tiempo de enamorarnos de verdad, porque quizá ya no creemos en el amor, por eso ya no se escribe de él, porque el mundo le ha perdido la fe, por tantas decepciones, por tanto dolor y sufrimiento, pero sobre todo por cobardía, una vez conocí a un yo muy optimista que me decía que nunca dejara de creer en el amor, que sonriera, por que cuando encontrara al amor no sería bueno tener una cara triste, conocí a un yo que no tenía miedo a ilusionarse, ni a volar alto; a un yo que no temía caer de esas alturas, por que se levantaba, y un buen dia ese yo sé canso de que no lo escuchara, y en su lugar me dejo a un yo que es más sencillo, se preocupa menos y no espera mucho, solo está mirando al horizonte, a veces se cansa, a veces se desilusiona, pero no se queja, solo vive, y se acostumbra a vivir así, y me doy cuenta entonces, que los sentimientos siguen ahí, nunca se han ido, pero es el compositor el que ha dejado de escribir de ellos, por que dejo de creer, dejo de anhelar, perdió el valor para convertir el mundo que tiene en el que quiere, y desaparecieron sus ganas de luchar , su fe se fue con ellas, y ahora solo camina sin rumbo y se pregunta si volverán, lo que no sabe el compositor, y lo que no sabía yo, es que realmente nunca se fueron, siempre todo eso ha estado dentro de nosotros, solo que hemos preferido ver a otro lado y se ha empezado a llenar de telarañas esa parte de nuestro interior, los sentimientos están ahí, las oportunidades y los riesgos también, solo nos hace falta, despertar, afrontar nuestra vida, apreciar lo maravillosa que es, y lo maravillosas que son las personas que están en ella, por que nuestra vida es un milagro, si entendemos eso, y aprendemos a apreciar las cosas que nos pasan, seguiremos creyendo, pues sabremos que esto no solo es cuestión de casualidad, sino de fe, y de esperanza, de creer y hacer posible aquello por lo que valga la pena despertar en las mañanas, es cuestión de atrevernos a amar de nuevo.

2 comentarios:

marches! dijo...

aii pero que lindo =)
muchos saludos mi amigo!

Miss B. dijo...

atrevernos a amar de nuevo...

eso me encantó!